Bruma Atelier, un oasis de paz y creatividad en La Cerdanya. 

A veces me cuesta creer que ya hace un año y medio que Bruma Atelier es una realidad. Con el ajetreo del día a día es fácil caer en el error de dar por supuesto hechos que hasta hace poco eran sueños o proyectos que parecían muy lejanos o incluso inalcanzables. Nos pasa a todxs, pero creo que es importantísimo no solo centrarnos en lo que queremos conseguir, sino también recordar cómo empezamos y valorar todo lo que hemos recorrido hasta ahora. Así que, con esta luz de invierno que entra por el taller, me he propuesto hacer un poco de retrospectiva y compartir contigo el making off de Bruma Atelier. 

Como tantas otras personas, mi pareja y yo pasamos el confinamiento en un pequeño apartamento del Eixample (Barcelona). Lo llevábamos más o menos bien, pero al ver que la cosa iba para largo nos planteamos la idea de mudarnos a La Cerdanya. Por aquel entonces, hacía pocos meses que había acabado un intensivo de cerámica y ya tenía en mente la idea de abrir mi propio taller. La Cerdanya me pareció el punto medio ideal entre Andorra, mi país de origen, y Barcelona, la ciudad donde he pasado casi toda mi juventud y donde descubrí y me formé en el maravilloso arte de la cerámica. La idea de tener una vida más tranquila y en contacto con la naturaleza iba cogiendo forma hasta que decidimos dar el paso en diciembre de 2020. 

Bruma ceramics journal

La idea de tener una vida más tranquila y en contacto con la naturaleza iba cogiendo forma hasta que decidimos dar el paso en diciembre de 2020. 

La ilusión es la mejor inyección de energía, así que nada más llegar empecé a buscar locales por la zona. Después de visitar varias opciones, me llamó la atención un espacio de Puigcerdà que anteriormente había albergado una clínica veterinaria. La ubicación era casi perfecta, cerca del centro, pero lejos del bullicio de los fines de semana y no muy grande, las medidas justas para crear un taller acogedor. Eso sí, era necesario hacer reformas, eliminar el doble-techo para recuperar las antiguas vigas de madera y ganar luz natural, entre otros detalles.

Por suerte, conté con la inestimable ayuda del diseñador Oriol Gallart, que enseguida se presentó al nuevo local y entendió a la perfección la idea que tenía en mente: crear un taller acogedor donde nada más entrar sientas que has encontrado un oasis de paz y creatividad. Sin olvidar la vertiente más práctica, claro, pues Atelier Bruma tiene una doble función: ser mi lugar de trabajo para producir las piezas de Bruma Ceramics y a la vez acoger a grupos reducidos para hacer workshops de moldeado.

Con el local bien despejado y tras la reforma del techo, empezó la fase creativa con Oriol Gallart: decidir colores, acabados, mobiliario… Dejarse orientar por un profesional con gusto exquisito y visión espacial fue una de las mejores decisiones que he tomado. Gracias a él todo el proceso fue emocionante e inspirador. Oriol me enseñó que aportar un toque de color al espacio no estaba reñido con el minimalismo y el estilo terrenal de mis piezas. Y así fue como nos decantamos por un tono mint, que baña la mitad inferior del taller y contrasta con la luminosidad de las paredes y los techos altos. Luego decidimos combinar mobiliario vintage con alguna pieza de diseño y hablamos con Fusteria Viva para que nos hicieran las estanterías y una gran mesa de madera a medida. Sin duda, contar con ellos fue otro gran acierto de este proceso. Aunque lo que realmente marcó la diferencia fueron los detalles finales: un cuadro con una fotografía de mi amiga y fotógrafa Laia Rafols y un rincón de la pared lleno de recuerdos. 

Oriol me invitó a seleccionar retales, postales e ilustraciones que tuvieran un significado para mi e hicimos una composición de recuerdos que colgamos encima del mueble vintage. La guinda final fue instalar una estufa de pellet en la esquinita de la entrada para que la calidez del atelier no fuera solo una cuestión estética. Y ya que hablamos de detalles, me hacía especial ilusión mantener algún elemento de la antigua clínica veterinaria, así que mantuvimos la puerta de hierro de la entrada que todavía conserva una cruz sanitaria, símbolo del negocio anterior. 

El 11 de agosto de 2021, tras cuatro meses de trabajo, Bruma Atelier abrió sus puertas. Desde entonces, muchas personas han pasado por mis workshops sin saber que ellas son las responsables de que este sueño siga vivo. 

Foto: Andrea Herrera

Foto: Andrea Herrera

Si te apetece visitar este oasis en La Cerdanya o pasar un ratito muy agradable en alguno de mis workshops, no dudes en contactarme. Estaré encantada de abrirte las puertas a mi pequeño universo de cerámica