La semilla de este proyecto nace en Tenerife, concretamente en una playa vacía. Era verano del 2018, primera hora de la mañana y mi única compañía eran las aves madrugadoras y el sonido de las olas repicando sobre la arena. Le había cogido el gustillo a esto de levantarme temprano cuando el sol, todavía perezoso, se escondía detrás de una neblina húmeda que planeaba sobre el mar. Me invadía una sensación extraña y a la vez adictiva. Apenas notaba mi cuerpo, que flotaba ligero sobre aquel paisaje difuminado. Y allí estaba, día tras día, intentando descifrar qué quería decirme aquella bruma. 

¿Por qué me sentía tan inspirada y a la vez tan vulnerable? ¿Por qué de repente me lo cuestionaba todo? La confusión duraba unos minutos hasta que poco a poco la bruma se desvanecía y me regalaba un paisaje limpio y sereno. Un bienestar que me conectaba con mi esencia y me devolvía la paz interior. 

Esas mañanas en la isla me ayudaron a identificar y poner nombre a un fenómeno interior que me acompañaba desde la infancia. Una melancolía que me inspira y me reconcilia con mis luces y mis sombras. Desde que descubrí la Bruma que hay en mí, todo cambió.

Dejé mi trabajo de oficina y me puse en las manos de la maestra Corrie Bain para formarme como ceramista. Así, las figuras de barro dejaron de ser una afición para convertirse en mi oficio. Fue un proceso muy gratificante en el que entendí que la bruma forma parte de mí, aparece cuando la necesito para sacudir mi universo y despertar la creatividad. Y aunque hay días que se condensa y me nubla la visión, ya no me incomoda, ya no trato de ignorarla porque sé que en el fondo es mi mejor aliada. Ahora, cuando la observo sobre las aguas calmas, siento que me protege, que me pone a prueba y que, en el momento menos pensado, todo cobra sentido: el esfuerzo, la espera, el último detalle…

Bruma es hoy un proyecto de cerámica artesanal que abraza mis diferentes facetas para crear piezas únicas. Es el placer de fundir las manos en el barro para modelar los detalles, la belleza que nos rodea. A veces surge como un experimento, otras como un destello de libertad. Por eso, cada pieza es única, elaborada con mucho mimo y consciencia en mi Atelier de Puigcerdà (La Cerdanya) para estimular los sentidos y aportar bienestar. Bruma es color, texturas, el tacto del barro recién horneado y, sobre todo, tiempo. Tiempo de estar presente, de disfrutar del proceso de imaginar, inspirarse, crear, esperar y compartir el resultado contigo.

Deseo que estas piezas nacidas de la Bruma te hagan sentir a gusto, te ayuden a crear un refugio desde donde puedas soñar, afrontar esos retos que te llenan de vida y abrazar la incertidumbre como parte del proceso. Cada pieza contiene un poco de su magia para que, en tus rituales diarios, encuentres la inspiración.

Fotografia: Laia Rafols

¡Hola! Soy Cris, diseñadora, ilustradora y ceramista

Expresarme mediante trazos, colores y formas está en mi naturaleza desde que tengo memoria. De pequeña disfrutaba dibujando y pintando en la intimidad de mi habitación, con las montañas de Andorra como telón de fondo. Y cuando llegó el momento de volar, me decanté por la carrera de diseño gráfico y experimenté con la ilustración. Todo encajaba y, sin embargo, sentía una nostalgia, un recuerdo borroso de la infancia: las manos manchadas de colores, el olor tan característico de los lápices… Hasta que me di cuenta de que echaba de menos crear, viajar a otros mundos, alejarme de las pantallas, al menos durante unas horas. Y entonces decidí seguir mi intuición. Me apunté a un curso de cerámica y sentí que era allí donde realmente quería estar. Entre barro mojado, esmaltes y texturas. Allí donde todo cobra sentido y solo existe el presente.

A veces me pregunto si mi bisabuelo, el escultor Josep Viladomat, también sentía esta paz interior al crear con las manos. Y aunque no llegué a conocerlo en persona, me gusta pensar que de él heredé el amor por el arte. Que las esculturas del nonno dejaron una huella en mi. Y, por eso, Bruma es también un homenaje a su obra y, sobre todo, a su persona. Al final y al cabo, compartimos un mismo objetivo: hacer de nuestro entorno un lugar donde sentirse a gusto.

La mayoría de las piezas las hago con el torno y a veces también combino con la técnica de modelado. Todo el proceso lleva mucho tiempo y requiere mucha atención, cuidado y paciencia ¡pero es lo bonito! y lo que le hace especial a un producto artesanal. Se convierte en algo completamente único…

Visita mi canal de youtube para ver más sobre el proceso de producción de las piezas.

Hay Bruma en….

El Periòdic ⊹ «La meva ceràmica és d’un estil rústic modern». Leer artículo

Taste the Altitude ⊹ Bruma Ceramics. Leer artículo

Condé Nast Traveler ⊹ El futuro de la cerámica (española) está en manos jóvenes. Leer artículo

Le Periplo Weekender ⊹ Cerdanya. Leer artículo

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